Un energúmeno cualquiera en un lugar cualquiera y mientas habla por teléfono le patea la cara a una niña y se queda tan ancho. Visto lo visto el tipo parecía más bien entrenado para, fusil en mano, irse de marine a la vieja Mesopotamia a matar infieles. La eterna guerra entre ricos y pobres no solo no mengua sino que al contrario se acrecienta y se recrudece en según que ámbitos. Porque ente los pobres los hay pobres, pobres y más pobres. Porque vistos los hechos y tras los ríos de tinta que ya han derramado en todos los periódicos del mundo, se observa que los "valores" del varón se limitan a su extrema agilidad para propinar patadas a las gentes indefensas, consciente y esto es lo verdaderamente grave, de que su fechoría quedará impune. Aunque gracias a la alta tecnología y a esa incómoda cámara que todo lo ve, 1984, el energúmeno se ha convertido por su obra y desgracia en una víctima de su propia miseria. Y a mí lo que me deja perplejo de todo esto es saber que la presencia de esa cámara delatora constata que el hecho en sí no es un hecho aislado, sino uno más de los muchos que se dan intramuros, en la sombra de la intimidad. Donde muchos machos dan rienda suelta a su miseria y convierten la convivencia en un infierno del que querer huir a muchas mujeres les cuesta la vida.
5 comentarios:
y aprovechando que con el cambio horario, hoy tengo tiempo para todo, decir que veo racismo, discriminacion, y mucha frustracion mal enfocada. Y que en el tema de violencia, la fisica es la ultima que llega, aunque llena las noticias, y empieza con la emocional, economica, sexual en la que viven una de cuatro mujeres, mucho verdad? Todo por el poder y el control, grandes conceptos! pura poesia.
PS; no tengo acentos, y que puedo hacer?
Anaíis, Anaíis, no hay acento que cien años dure, ni diptongo que lo soporte.
Como un notario la cámara, a medio camino entre el que pasaba por allí y el que esperaba que aconteciese el hecho, no hace sino dar fe. Del hombre en su miseria. Del trigo en la paja. De la mnezquina sombra. Del estertor en las entrañas.
RELATOS LORQUIANOS
Granada
La sangre se lava con sangre, dice la ley gitana, pero el chico, un junco chatarrero de Atarfe, resiste. Su cuñada mató a María. Fue una riña doméstica a la vera de la chabola. Una cuchillada limpia por la basura. Jesús se quedó viudo con 18 años. Apenas sale de casa y estrecha a Jasmina, de ojos risueños, grandes y oscuros. La cría no suele llorar. Si lo hace, gime y dice "mamáaaa....".
La gran foto de María preside un cuartucho y Jesús habla de ella en presente. Del pecho del muchacho ya no cuelga el medallón con su retrato. Se lo robaron. Dice la denuncia que otro gitano, alto y fuerte, le arrebató la imagen. Han pasado varios meses de todo eso y Jesús resiste. De momento, resiste.
Pd.-He conocido al primer taxista de Granada que ha instalado una diminuta cámara de vigilancia en el interior del vehículo. Apenas se aprecia y está descontento. Sería mejor, comenta, que fuera grande, como esos trastos antiguos de televisión. Más que filmar, recuerda, lo importante es que la cámara se vea, porque tienen un susto cada quince días.
La verdadera maraña es que vistas las imágenes, leído en el periódico e incluso, escuchado al presidente de Ecuador, es toda una metáfora de la Metamorfosis de Kafka. El hecho se acuesta tal cual es -las imágenes no mienten-, y pasa que se levanta como un sucedido que nada tiene que ver con lo acaecido. La cosa se ha convertido ya en un monstruo. Pero no creo que haya premeditación en nadie, sólo el simple enredo que tienen las cosas hoy en día. Lo vacío de contenido que hay en cada cosa, en cada acto. No hay trama que no cambie mil veces. Nada es ya lo que parece. ¿Cómo salir de todo esto sin ser vistos? ¿Cómo hacerse el visible para denunciar todo esto? ¿Importa verdaderamente algo? ¿A quién?
Dos. No recuerdo el anunciante, pero lo vi en uno de esos maratones de anuncios del Festival de Cannes de finales de los 80. Creo que se llevó uno de los leones y espero recordarlo bien, era en blanco y negro: Plano de una acera en perspectiva de una calle cualquiera de USA. La cámara sigue a un señor trajeado con abrigo, sombrero y maletín que viene hacia nosotros con paso decidido y distraído, se cruza con un tipo más joven vestido a lo James Dean que apoyado sobre una pared le mira con cierta indulgencia. Lo sobrepasa y al poco nota de reojo que el tipo se ha incorporado y viene a la carrera hacia él, por lo que hecha a correr huyendo de la escena. Se corta el plano. Siguiente plano, la cámara se ubica en la posición del chico con pinta de malo, fuma y hecha el humo en dirección a un tipo que viene distraído por su acera trajeado, su abrigo, el sombrero y el maletín. En la intersección cruzan las miradas, donde la del chico levanta levemente la cabeza como lobo a su camada. Le sigue con la mirada y unos pasos después, tira el cigarrillo con violencia y echa a correr detrás del individuo, éste se percata y sale corriendo, la cámara recoge todo el proceso desde el mismo el lugar, haciendo una panorámica. Se corta el plano, Siguiente plano, la cámara está ubicada en la acera de enfrente. Hay un tipo fumando, apoyado sobre una tapia, que observa como viene por su izquierda otro tipo que va pertrechado como todos sabemos. Cruzan las miradas y sigue andando, de repente, el chico de aspecto hosco, sale corriendo detrás y el otro que lo nota, hace lo mismo, corren unos metros y aquí el plano ya no se detiene. En el momento que el chico se abalanza sobre el señor la toma es ya a cámara lenta; consigue blocarlo de un salto trepidante, cayendo ambos al suelo en un plano muy estético. En ese momento a escasos metros de la acción, muy de rugby, se ve caer y cómo se destroza en mil pedazos un tremendo piano de cola. La mirada de asombro del señor, y la de los dos operarios que en ese momento entran en plano aguantando la soga inútil con que intentaban izarlo. Sobre impresión de la mancheta del periódico de turno y el eslogan en inglés ‘Las noticias desde todos los puntos de vista’. En veinte segundos logran que tengamos tres sensaciones distintas y angustiosas y pero, las tres son verdad, sólo distintos los ojos que miran. Pienso que las dos primeras tomas son la paja, en lo que se ha convertido todo el asunto, y que ya no interesa ver la tercera. Son todo tomas falsas, en verdad.
Tres. Paseaba por la orilla del Tajo, a la altura de la Feria Internacional de Lisboa, haciendo tiempo para entrar en ARTE LISBOA. Todo tranquilo, una tarde soleada, aguas mansas y en mi ida una chica, que seguramente había buscado ese momento para leer sentada en el muro, empezaba a hacer caso a dos señoras de gris aspecto, mirada huidiza y libretas en la mano. Recuerdo que me produjeron un leve desasosiego. Yo a esas ni la hora, me dije. A mi vuelta, al volver a pasar por ese punto, la chica que podía parecer inmortal, se dejaba informar con interés ya con las libretas abiertas llenos de dibujos bíblicos. La mirada ya no era huidiza, si no de cuchillera, que diría Borges. La otra amparaba la escena como una leona defiende sus cachorros. Qué estará pensado esa chica en ese preciso momento, pensé. Luego dictaminé con cierto coraje que era una especie de violación del espacio, de la mente, del tiempo, por muchas lecturas que tenga el hecho.
Hoy es miércoles y sigue haciendo un tiempo que no sé si es bueno. Apetece que llueva.
Publicar un comentario